FRANKFURT, 12 Ene. 11 / 06:28 pm (ACI)
Cientos de personas se reunieron en la iglesia copto-ortodoxa de San Marcos en Frankfurt en sufragio de las 23 víctimas del atentado del 31 de diciembre pasado contra un templo copto en Alejandría y rezaron por la libertad religiosa de la golpeada comunidad cristiana en Egipto.
Cientos de personas se reunieron en la iglesia copto-ortodoxa de San Marcos en Frankfurt en sufragio de las 23 víctimas del atentado del 31 de diciembre pasado contra un templo copto en Alejandría y rezaron por la libertad religiosa de la golpeada comunidad cristiana en Egipto.
Según informa la asociación Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), líderes ortodoxos, católicos, protestantes, políticos, familias y cientos de personas participaron en la ceremonia del sábado 8 de enero, durante la cual el Obispo Anba Damián, cabeza de los coptos-ortodoxos en Alemania abogó por los derechos de los cristianos egipcios, blanco de ataques de extremistas musulmanes.
"Nuestro país fue refugio de Jesucristo, su familia y muchos profetas", recordó el Obispo y agregó que "antaño fuimos señores en nuestra tierra, hoy sólo queremos vivir como ciudadanos con todos los derechos y obligaciones que los demás".
El Obispo explicó que, antes de poder construir una iglesia cristiana en Egipto, se construyen 16 mezquitas, y para obtener una licencia de obra para erigir una iglesia hay que "echarle mucha paciencia".
El líder copto-ortodoxo recordó que "¡querer ser cristiano no es un acto delictivo!" y "la gente está cansada de bellas palabras; quieren hechos" por lo que pidió al Gobierno egipcio que sancione a los responsables del atentado porque de lo contrario dará "luz verde a los terroristas".
También pidió una compensación para las familias de las víctimas y "medidas preventivas, para que algo así no vuelva a ocurrir".
En declaraciones a AIS, el Obispo aseguró que en Egipto los coptos enfrentan hostilidad desde niños. Son llamados "huesos azules", un insulto que alude a las marcas de los golpes que, durante siglos, han recibido.
"Con nosotros, los niños ya aprenden de pequeños a vivir con la cruz", explicó y aseguró que los coptos "somos una Iglesia de mártires", por lo que "nadie puede meternos miedo. Nuestros creyentes rezarán, aun cuando celebren su última Misa, porque la sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia".
Sin embargo, recordó que la gente tiene "derecho a ser protegida" y consideró que las palabras de aliento del Papa Benedicto XVI han servido para "aliviar muchos dolores".
El P. Joaquín Alliende, presidente internacional de Ayuda a la Iglesia Necesitada, hizo un llamado a la solidaridad con los coptos y ha animado a todos a "contribuir a un mundo que apuesta por la reconciliación y el diálogo, en lugar de por la violencia y el odio".
A la ceremonia asistieron líderes católicos, ortodoxos y protestantes, junto a destacados políticos, representantes del Consejo Central de los Musulmanes en Alemania y cientos de invitados que se solidarizaron con la comunidad copta.
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