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«Corremos el riesgo de ver a Boko Haram conquistar todo el noreste antes del final de las elecciones»

(Fides) «Los guerrilleros de Boko Haram han sido rechazados por el ejército y por la milicia civil que defienden la ciudad. Los combates han sido muy intensos.Boko Haram ha perdido varios hombres, pero también ha habido varias pérdidas entre las filas del ejército. Por el momento parece que ha vuelto la calma a Maiduguri» comenta a la Agencia Fides Mons. Doeme, que indica que se encuentra en Damaturu (capital el estado de Yobe, cuyo territorio está comprendido en la diócesis presidida por el obispo) en una visita pastoral, aunque sus colaboradores lo mantienen constantemente informado sobre la situación en la capital.
«Estamos en un momento muy peligroso y difícil», continúa el obispo. «Corremos el riesgo de ver a Boko Haram conquistar todo el noreste antes del final de las elecciones, a menos que las tropas extranjeras intervengan», dice Mons. Doeme, en referencia a las elecciones presidenciales que se celebrarán a mediados de febrero y a la coordinación de las acciones militares de los países vecinos contra Boko Haram, como el Chad, tras las últimas incursiones de los extremistas nigerianos en Camerún y la conquista de la base de la fuerza internacional de Baga, a orillas del lago Chad.
«La situación es muy compleja y las primeras víctimas son civiles inocentes», concluyó el prelado, que insinúa la existencia de algunos «saboteadores» y cómplices dentro del ejército nigeriano, que favorecen el avance de Boko Haram por razones políticas.

Egipto: Coptos asesinados e iglesias asaltadas en violentos disturbios


Al menos hay tres cristianos coptos -entre ellos un niño de 10 años– entre las víctimas de los enfrentamientos que han estallado en El Cairo y otras ciudades egipcias con motivo de la conmemoración del cuarto aniversario de la sublevación que el 25 de enero de 2011 causó el final del largo régimen del presidente Hosni Mubarak.

Las fuentes locales consultadas por la agencia Fides añaden que,durante los disturbios, se ha disparado contra la iglesia de San Rafael Arcángel, en el distrito de Maadi.

En otras zonas urbanas, como Beni Suef, las fuerzas de seguridad han cerrado las calles alrededor de las iglesias para evitar posibles ataques de bandas islamistas.

El niño que ha muerto se llamaba Mina Rafaat y fue alcanzado por una bala perdida. La cifra oficial publicada por los medios de comunicación egipcios habla de 18 muertos y más de cincuenta heridos.

“En gran parte -confirma a Fides Anba Antonios Aziz Mina, obispo copto católico de Guizeh– los enfrentamientos han sido entre la policía y grupos vinculados a los Hermanos Musulmanes, que tienen como objeto mostrar la imagen de un Egipto que sigue desestabilizado”.
 
Artículo originalmente publicado por Agencia Fides
 

sources: AGENCIA FIDES

Los cristianos de la India a Obama: 'Hable de la libertad religiosa'


Los cristianos de India han pedido que el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, en su viaje oficial en India que inició el domingo 25 y concluye este martes 27 de enero, aborde la cuestión de la situación de las minorías religiosas con el primer ministro indio Narendra Modi. 
Lo indica la agencia de noticias FIDES, que recibió la información de un grupo de organizaciones no gubernamentales de la India. Según las organizaciones cristianas, los líderes de Estados Unidos deben expresar su preocupación por la violencia que sufren allí las minorías religiosas.
“Las campañas de incitación al odio son sistemáticas, orquestadas también por miembros del partido BJP y grupos extremistas hindúes que promueven ataques contra las minorías religiosas” en particular contra las comunidades musulmanas y cristianas, que son, respectivamente, el 13 por ciento y el 2,5 por ciento de la población. La minorías expresan su temor de que “venga a menos el derecho a la libertad religiosa, garantizado por la Constitución de la India”. 
El Informe sobre la persecución de 2014, elaborado por la organización católica “Catholic Secular Forum” informa que cinco cristianos, entre ellos un niño de 11 años, han sido asesinados por odio religioso en la India en 2014.
Junto a ellos, más de 300 sacerdotes, pastores y líderes de las comunidades cristianas han sido atacados, golpeados y heridos. Entre las víctimas de la violencia, promovidos por grupos radicales hindúes, hay más de 2.000 mujeres y niños cristianos.
La Ong “Christian Solidarity Worldwide”, comenta: “el silencio del Primer Ministro Modi sobre estas cuestiones que afectan a las minorías religiosas en la India crea muchas tensiones dentro de estas comunidades. En un día importante, que recuerda la historia y la visión de la gran nación india, pedimos que se ponga de manifiesto la cuestión del pluralismo y los derechos humanos para todos los ciudadanos de la India”.

Siria: los yihadistas dañan gravemente la Catedral de Santa Rita

(PL/InfoCatólica
La histórica catedral de Santa Rita, en la norteña ciudad siria de Alepo, sufrió severos daños por el impacto de varios obuses de morteros lanzados por el Frente Islámico, reportaron hoy televisoras nacionales. 
Varias imágenes mostraron agujeros en el techo y en las paredes, así como en la capilla de ese templo perteneciente a los católicos armenios. Esta semana el Estado Islámico dinamitó igualmente la mezquita de al Rawi, en la oriental provincia de Deir Ezzor, como parte de sus sistemáticos ataques contra edificaciones contrarias a su visión radical..
Elementos armados de ese grupo destruyeron el templo, erigido por el jeque Ahmed al Rawi, en 1886, y que además era un centro de enseñanza.
La agrupación, considerada terrorista por la comunidad internacional, dinamitó en septiembre último la iglesia de los Mártires Armenios en el barrio al Rushdieh, en la ciudad de Deir Ezzor.
Mientras tanto, el Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, demolió días atrás el santuario del imam al Nawawi, en la localidad de Nawa, en la sureña gobernación de Daraa.
Grupos armados han destruido o dañado numerosos monumentos religiosos en esta nación levantina, entre ellos el minarete de la Gran Mezquita de los Omeyas, en Alepo; la mezquita Khalid Bin Al Walid y la iglesia Umal Zennar, en Homs, y el minarete de la mezquita de al Omari, en Daraa.

Boko Haram mata a dos mil personas en el peor ataque de su sanguinaria historia

(InfoCatólica) Según la ONG Humar Rights Watch, «el ataque a Baga y las poblaciones de alrededor parace serel acto más sanguinario cometido por Boko Haram».
Otra de las consecuencias del ataque criminal es eléxodo de buena parte de la población que se libró de ser asesinada. Se calcula que 30.000 personas han abandonado la zona.
El gobierno nigeriano está preparando una ofensiva militar para intentar hacerse de nuevo con el control de la región, aunque lo cierto es que Boko Haram lleva aterrorizando esa parte del país desde 2009, con todo tipo de ataques, secuestros, atentados con bomba, etc.
El grupo terrorista islámico pretende instalar una especie de califato e imponer la sharia en todo el país.

Cristianos perseguidos: No a las cifras exageradas y las deformaciones


A Dios gracias, en los últimos tiempos empiezan a ser relativamente frecuentes en los medios de comunicación las referencias a los cristianos perseguidos en muchos países del mundo. Aun así, la mayoría de tales medios y diversos organismos internacionales siguen siendo cómplices del silencio sobre tal injusticia.

Muchos, además, cuando se produce un hecho masivo de este tipo a menudo lo enmascaran. Dirán, por ejemplo, “(tantas) personas asesinadas por islamistas”, pero no citan que los masacrados son cristianos, específicamente seleccionados, quedando la información de tal matanza enmarcada en una violencia genérica, muy lamentable e injusta, pero que para interpretar con mayor claridad su alcance y objetivos requiere aportarle aquel dato sustancial.
 
En paralelo, desde sectores cristianos deseosos de dar a conocer tales persecuciones se ha convertido casi en un tópico hablar de 105.000 cristianos asesinados al año, lo que representa un cristiano asesinado por su fe cada cinco minutos.
 
¿Es cierta tal cifra?
 
Considero de justicia la clarificación. De entrada hay que partir de un hecho real: hoy los cristianos son los más perseguidos en el mundo por su fe. Esto es innegable. Pero, ¿es cierta tal cifra de asesinados?, ¿no variará mucho de un año a otro?
 
He trabajado en los últimos años en estudiar la persecución de los cristianos, y en particular de los católicos, tanto en los países en que la persecución es abierta y violenta como en otros en que el hostigamiento es sibilino, aunque no cruento.

De ahí han salido por el momento dos libros, Drets Humans i Religió a Catalunya y Cristianos entre la persecución y el mobbing. Y en este último di también aquella cifra de 105.000 asesinados, aunque matizara algo en un pie de página.

Varios libros y diversos artículos de otros autores la han repetido también, y lo mismo han hecho incluso líderes religiosos en sus declaraciones.
 
Pero hay que volver a la verdad: las cifras reales son muy inferiores a aquélla. No son solo datos o deducciones personales, sino también contrastadas con personas como Javier Menéndez, director en España de Ayuda a la Iglesia Necesitada, organización que se dedica precisamente a ayudar a estos cristianos perseguidos y nada dudosa de querer ocultar la realidad, sino que, por el contrario, se encuentra precisamente entre quienes con más esfuerzo, fortaleza y conocimiento de causa trabajan en denunciar la persecución y en ayudar a los acosados.
 
Origen de aquella cifra
 
Aquellos 105.000 salieron de datos de uno de los organismos más destacados del mundo en materia de estadísticas religiosas, elCenter for Study of Global Christianity, que estaba dirigido por David B. Barrett, fallecido en agosto de 2011.

Dicho centro norteamericano publicó periódicamente la World Christian Encyclopedia y el Atlas of Global Christianity, a la vez que Barrett, con su colaborador Todd M. Johnson, fue recopilando datos históricos y estadísticos de los mártires cristianos desde los primeros siglos.

En su obra World Christian Trends AD30-AD2200trataron de recoger el número total de mártires cristianos y de otras religiones en los dos primeros milenios de cristianismo.

En su estudio estadístico llegaban también a la conclusión que a mediados de la primera década del presente milenio los cristianos muertos por su fe fueron unos 160.000 al año y que en 2011 fueron unos 105.000.
 
Otros autores como Brian J. Grim y Roger Finker en su libro The Price of Freedom denied han dado cifras algo distintas, pero no inferiores.

Y el italiano Massimo Introvigne, uno de los mayores expertos europeos en sociología religiosa, fundador y director del Centro Studi sulle Nuove Religione (CESNUR) y ex representante de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea) en la lucha contra el racismo, la xenofobia y la discriminación, con especial atención a la intolerancia y la discriminación de los cristianos y de otras minorías, presentó aquella cifra en una conferencia sobre diálogo interreligioso celebrada en Budapest en junio de 2011.
 
A pesar de haber sido barajadas tales cifras por personas tan relevantes, nunca han sido aceptadas oficialmente por la Santa Sede u otras organizaciones internacionales.

Quizás puedan haberse acercado a aquella magnitud algún año, como durante las fuertes persecuciones en Sudán del Sur. 


En otros años es probable que el número total de cristianos fallecidos sea también muy alto, pero no en todos los casos como consecuencia de persecución religiosa. 

Así, en la guerra de Siria no pocos cristianos han sido asesinados por su fe, pero muchos más han fallecido por bombardeos, combates, hambruna, sin que en este caso fuera consecuencia ‘directa’ de persecución religiosa, al igual que otras víctimas no cristianas.
 
Los cristianos, reitero, son hoy los más perseguidos en el mundo por su fe, y de forma especial en numerosos países musulmanes.

Y hay que decirlo una y otra vez para concienciar al mundo, más aún cuando otras discriminaciones o persecuciones mucho menores ocupan lugares destacados en los intereses de la ONU, de las cancillerías y de los medios informativos.

Pero las cifras reales de fallecidos, aparte de variar cada año, quedan muy por debajo de aquellos 105.000 convertidos ya en icono.
 
Sólo la verdad nos hará libres. Incluso como simple estrategia, sólo se tendrá credibilidad si se dan cifras reales.
 
Por Daniel Arasa
Artículo originalmente publicado por Forum Libertas

Libia: Aumentan los ataques a lugares de culto, especialmente cristianos

Tras la desaparición del régimen de Muamar el Gadafi, Libia sigue en estado de transición institucional. Las autoridades provisionales se enfrentan a enormes dificultades para mantener la ley y el orden, incluso en la propia capital, Trípoli.

Numerosos grupos paramilitares armados, muchos de los cuales ya intervinieron en la guerra civil que se inició en 2011, siguen activos por todo el país. Los ataques contra las minorías religiosas empezaron en octubre de 2011 y han continuado a lo largo de los años 2012 y 2013. 

Mientras se espera la elección de los 60 miembros de la Asamblea Constituyente, el país está gobernado según los principios de la Declaración Constitucional provisional promulgada el 3 de agosto de 2011, por el Consejo Nacional del Transición. 

El preámbulo de este documento invoca el “espíritu islámico” y el artículo 1 declara que “el Islam es la religión del Estado y la jurisprudencia islámica (sharía) es la fuente principal de la legislación”1. Sin embargo, también añade: “El Estado garantizará a los no musulmanes la libertad de practicar sus ritos religiosos”. 

El artículo 6 establece que “todos los libios serán iguales ante la ley. Disfrutarán de los mismos derechos civiles y políticos, tendrán las mismas oportunidades y estarán sujetos a los mismos deberes y obligaciones públicos, sin discriminación por razón de religión, doctrina, lengua, patrimonio, raza, parentesco, opiniones políticas y estatus social, tribal, de privilegio o familiar”. 

Esta “protección constitucional” de la libertad religiosa es la primera de este tipo en este país desde 1969. No obstante, siguen en vigor muchas de las leyes promulgadas por Gadafi, que restringen la libertad religiosa. Aún así, según el Informe sobre Libertad Religiosa del Departamento de Estado de Estados Unidos,el Gobierno no las ha aplicado con rigor desde el derrocamiento del líder anterior. 

En ausencia de leyes relativas a las conversiones religiosas, el proselitismo entre musulmanes puede acabar en arresto, tal y como viene ocurriendo desde el derrocamiento de Gadafi. Más aún, con frecuencia han acusado al Gobierno de no actuar ante ataques perpetrados contra lugares de culto no musulmanes. 

Respecto a las instituciones educativas, todos los colegios abiertos para los ciudadanos libres, ya sean públicos o privados, tienen que impartir la asignatura de religión islámica, no habiendo ninguna formación religiosa alternativa. 

En el país hay diversos lugares de culto no islámicos: católicos; ortodoxos rusos, griegos y ucranianos; evangélicos, y de la Iglesia de la Unidad. La comunidad judía ha quedado reducida a un puñado de miembros, ya que la mayor parte de ellos abandonaron el país entre los años 1948 y 1967. Los representantes judíos afirman que, por razones de seguridad, todavía no pueden regresar al país para volver a abrir la sinagoga de Trípoli. 

La Iglesia católica está presente en distintos lugares de Libia y tanto el clero como los religiosos siguen trabajando en hospitales y orfanatos, y atendiendo a ancianos y discapacitados. 

Respecto a los musulmanes, el Ministerio de Awqaf y Asuntos Islámicos, organización cuasi benéfica presente en todo el mundo islámico africano, tiene autoridad sobre las mezquitas, controla al clero, y garantiza que las prácticas religiosas sean conformes a la normativa gubernamental.

Este mismo organismo proporciona a los imanes los textos de los sermones, textos que con frecuencia contienen asuntos de naturaleza política y social.

No obstante, las nuevas autoridades disolvieron en 2011, y no han restablecido, la policía religiosa que antes se encargaba de vigilar el comportamiento de los ciudadanos en cuestiones religiosas.


Este es el motivo de que hayan cesado prácticas como el arresto de los imanes que no se atenían al texto de los sermones impuesto por el Gobierno o de creyentes musulmanes que no participaban en las oraciones de la tarde (actitud que en época de Gadafi se consideraba como muestra de extremismo).

Sin embargo, hay que mencionar que el Gobierno sigue empleando a grupos paramilitares, vestidos con uniformes de las fuerzas de seguridad, que ahora pueden realizar arrestos “oficiales”. 

En el año 2012, por iniciativa del Consejo Nacional de Transición, se creó la Oficina del Gran Muftí. Se trata de un clérigo que tiene la potestad de emitir interpretaciones autorizadas (fatwas) en cuestiones religiosas.

Pero el estatus legal de sus declaraciones no es superior al de las opiniones emitidas por cualquiera de los distintos clérigos islámicos nombrados por grupos independientes autorizados. 

Para los musulmanes, el derecho de familia, que abarca asuntos como las herencias, el divorcio y el derecho a la propiedad, se administra según la sharía.

No se exige la conversión de la mujer no musulmana que se casa con un musulmán (aunque en la práctica es frecuente que se vea obligada), pero el varón no musulmán tiene que convertirse al islam si quiere casarse con una mujer musulmana. 

El Ministerio de Asuntos Islámicos también se ocupa de las cuestiones de familia, de los no musulmanes, pero en este caso sigue una legislación distinta, basada principalmente en los precedentes legales de los países vecinos. 

Respecto a la libertad de expresión, las normas impuestas por las nuevas autoridades parecen ser menos estrictas que las de la época de Gadafi, tal y como indica el informe de Freedom House sobre libertad en internet.

Sin embargo, al parecer, numerosos periodistas y blogueros, que muestran mayores deseos que en el pasado de utilizar su nombre real en la web, siguen recelosos de abordar temas religiosos directamente, no tanto por miedo al Estado, cuanto porque les preocupa la reacción de los grupos paramilitares extremistas del país. 

Reporteros sin Fronteras informó de que, en marzo de 2013, Mansur Ati, editor del diario independiente Ajbar Aydabiya, con sede en la ciudad de Aydabiya, en la zona oriental del país, tuvo que disculparse oficialmente ante el Ministerio de Asuntos Islámicos por publicar un poema que el ministerio consideró “apóstata”.

Acabó viéndose obligado a dimitir tras recibir amenazas de personas, que se cree que pertenecen al grupo paramilitar Ansar al Sharía, cuyos milicianos destruyeron las oficinas de la editorial del periódico unos días después.

El 25 de agosto de 2013, Nabil Shebani, director del canal de televisión Al Asema, fue interrogado durante varias horas por el Comité Supremo de Seguridad del Ministerio del Interior en relación con la cobertura dada por Al Asema a la destrucción de mezquitas y tumbas sufíes en Trípoli. Quedó en libertad sin cargos. 

Debido a algunos carteles utilizados durante la campaña electoral de 2012, dos miembros dirigentes del Partido Nacional Libio fueron acusados de blasfemia. Ali Tekbali, responsable de la campaña electoral, y Fathi Sager, secretario general del partido, podrían ser condenados a pena de muerte. 

Entre los delitos que se les imputan destacan “incitar a la división” e “insultar a la religión”, cargos que según las leyes libias pueden suponer el castigo de pena capital.

La redada realizada por las fuerzas de seguridad, que teóricamente responden ante el Ministerio del Interior, se produjo cuatro meses después de las elecciones. Human Rights Watch ha calificado la legislación al respecto como “arma para acabar con la libertad de expresión”. 


Se han producido numerosos ataques contra la comunidad cristiana. Entre los más graves destaca el perpetrado contra la iglesia ortodoxa copta de Misrata el 29 de diciembre de 2012, que constituyó el primer ataque dirigido específicamente contra un lugar de culto cristiano desde la revolución de 2011.

En el exterior de la iglesia explotó una bomba que provocó la muerte de dos personas y heridas a otras tres. Los funcionarios del Gobierno condenaron el ataque y prometieron que se investigarían los hechos. Sin embargo, la identidad y los motivos de los agresores aún siguen sin conocerse y no se ha producido ningún arresto en relación con el suceso. 

En febrero de 2013, arrestaron a cuatro extranjeros (sueco-americano, surafricano, egipcio y surcoreano) bajo sospecha de ser misioneros cristianos dedicados a editar y distribuir libros cristianos. 

Según las leyes de la época de Gadafi, que aún no se han abrogado, este cargo de proselitismo, que ellos han negado en rotundo, teóricamente podría implicar la pena de muerte. 

Este grupo de personas fue arrestado por la supuesta Seguridad Preventiva, en realidad un grupo paramilitar que, en principio, responde ante el Ministerio de Defensa.

En declaraciones al periódico británico The Guardian, el Rvdo. Vaishar Baikaran, ministro de la Iglesia anglicana de Trípoli, explicó que las principales Iglesias cristianas del país han evitado este tipo de problemas desde siempre gracias al acuerdo tácito de no hacer proselitismo ni distribuir literatura religiosa. En abril, el Libya Herald confirmó la liberación de uno de los cuatro.

Un día antes, en un suceso independiente, también se dejó en libertad sin cargos a cuatro egipcios coptos que llevaban en prisión aproximadamente un mes por acusaciones similares. Fueron repatriados a cambio de la extradición de dos antiguos funcionarios de la época de Gadafi presos en Egipto.
 
A finales del mismo mes de febrero, se produjo un nuevo ataque contra una iglesia copta ortodoxa, esta vez en Bengasi. En esta ocasión, dos sacerdotes coptos sufrieron la agresión, tal y como confirmaron las autoridades a través de su agencia oficial de noticias, LANA. 

Los hechos se produjeron poco después del arresto de 48 egipcios coptos acusados de proselitismo. Eran vendedores del mercado local a los que habían denunciado por poseer biblias, folletos cristianos y fotografías del anterior Papa, Shenuda III. La detención se basó en que realizaban “actividades sospechosas”. Posteriormente fueron expulsados de Libia a pesar de que se habían retirado los cargos, salvo el de “entrada ilegal” en el país.

De regreso en Egipto, dos de los detenidos relataron a Associated Press cómo los habían torturado y cómo habían visto torturar a otros cristianos coptos durante el tiempo que pasaron en la cárcel. También culparon de su arresto al grupo paramilitar Escudo de Libia, uno de más poderosos de Bengasi, al mando de un exrebelde islamista, Wasam Bin Hemad.

Los pistoleros habían identificado a los cristianos como tales, cuando les obligaron a enseñarles las muñecas, donde los coptos llevan cruces tatuadas. 

El 14 de marzo de 2013, la iglesia ortodoxa rusa de Bengasi volvió a ser atacada; esta vez, los agresores prendieron fuego al edificio, después de obligar a los fieles a abandonarlo.

Durante las celebraciones de la Pascua se habían tomado medidas de seguridad para proteger las iglesias cristianas y a sus fieles; por ejemplo, habían colocado policías en el exterior de la catedral de Trípoli. 

La comunidad anglicana, por su parte, decidió no realizar la tradicional Procesión de las Palmas por las calles de la ciudad.


En otro acto de intimidación, el párroco de la iglesia católica de San Francisco de Dahra, en Trípoli, sufrió el ataque de un hombre que abrió fuego contra él con un kalashnikov. 

A mediados de marzo se produjeron varios ataques en la ciudad de Bengasi. Uno de ellos se cobró unas 15 víctimas y al parecer fue obra de grupos yihadistas; otro (según el testimonio del arzobispo Martinelli, vicario apostólico en Trípoli) tenía como objetivo la iglesia de la Inmaculada Concepción en Derna (Cirenaica). 

Colocaron una bomba cerca de la entrada de la iglesia. Monseñor Vincent Landel, arzobispo de Rabat y presidente de la Conferencia Episcopal regional del Norte de África, denunció que, en vez de tomar medidas para hacer frente a estos actos de violencia y al clima de inseguridad, “las autoridades han pedido a las comunidades religiosas que abandonen el país”.

En la práctica, en la zona oriental del país (Cirenaica), entre 2012 y 2013 muchas congregaciones religiosas se han visto obligadas a abandonar sus conventos, alguna de ellas después de casi un siglo ininterrumpido de presencia en el lugar, como señaló monseñor Martinelli.

Pero los fundamentalistas islámicos no sólo han tenido como objetivo de sus agresiones y hostigamientos a las comunidades cristianas. En 2013, igual que en 2012, muchos lugares sagrados de los musulmanes sufíes fueron atacados hasta en dos ocasiones. 

El 29 de marzo, unos extremistas arremetieron contra uno de los símbolos más importantes de esta rama del islam, el mausoleo de Sidi Mohamed Landulsi, en Tayura, barrio situado a las afueras de Trípoli. Los fundamentalistas islámicos lanzaron bombas contra esta tumba, declarada monumento nacional, acto condenado por el presidente del Consejo de Trípoli como “contrario al islam”.

Entre febrero y mayo de 2013, el santuario sufí de Hamid Hudairi, en Sebha, también fue atacado en dos ocasiones. Durante el segundo ataque, un cohete causó graves desperfectos en la estructura.
 
Además, varios grupos islámicos divergentes han sufrido violentos ataques y/o arrestos por “proselitismo”. En diciembre de 2012 cinco pakistaníes de la comunidad musulmana ahmadí fueron arrestados en un barrio de Trípoli. En la misma operación también se buscaba a un ciudadano libio. Al parecer una tercera persona fuearrestada por haberse convertido.

El 15 de enero de 2013 un predicador musulmán, el jeque Kakri Husein Yahani, fue asesinado con una granada en las afueras de la mezquita de Misrata. Considerado por casi todos como un “salafí moderado”, Yahani había condenado en sus sermones a los “falsos salafíes” y su práctica de calificar como “infieles” a otros musulmanes.
 
En conclusión, la libertad religiosa, teóricamente garantizada por la Constitución, aunque frente a una religión musulmana de Estado, se muestra en la práctica como un derecho enormemente limitado. 

Una preocupación importante es la prohibición del proselitismo y las duras penas que se aplican. La libertad para asistir a los servicios religiosos y otras manifestaciones públicas de fe ha quedado gravemente comprometida. La libertad de expresión también ha quedado afectada, en parte por la autocensura de muchos comentaristas. 

En general, el estado de libertad religiosa en Libia ha empeorado a lo largo del período estudiado. Se ha producido un incremento del número de ataques a lugares de culto, especialmente cristianos.

Esto se debe a la actuación de varios grupos paramilitares, muchos de ellos compuestos por milicianos islamistas radicales, que ejercen de facto el control sobre gran parte del país.

Es una situación ante la que el Gobierno ha manifestado su falta de capacidad o, según otras fuentes, de voluntad, para intervenir protegiendo a las minorías religiosas. 

La violencia generalizada en todo el país (y, sobre todo, la invitación de las autoridades a los grupos religiosos a que abandonen el país) supone que la aplastante mayoría de los cristianos, en especial los extranjeros, se enfrentan a un alto riesgo de sufrir violencia. Otra tendencia generalizada son los violentos ataques contra los musulmanes sufíes, sus mezquitas y sus santuarios. 


ALETEIA

En 2014 fueron asesinados 23 evangelizadores, la mayoría en América, y otros 18 murieron por ébola


Según las informaciones recogidas por la Agencia Fides, en el año 2014 han sido asesinados en el mundo 26 agentes pastorales de la Iglesia Católica, 3 más que en el año 2013. Son agentes pastorales aquellas personas que ejercían una función evangelizadora designados por la Iglesia, como pastores, misioneros o catequistas.

Por sexto año consecutivo, el número más alto de agentes pastorales asesinados se ha registrado en América. En los últimos diez años (2004-2013) han sido asesinados en el mundo 230 agentes pastorales, entre ellos 3 obispos.

En el 2014 han muerto de forma violenta 17 sacerdotes, 1 religioso, 6 religiosas, 1 seminarista, 1 laico.

Según el reparto por continentes, en América han sido asesinados 14 agentes pastorales (12 sacerdotes, 1 religioso, 1 seminarista); en África han sido asesinados 7 agentes pastorales (2 sacerdotes, 5 religiosas); En Asia han sido asesinados 2 agentes pastorales (1 sacerdote, 1 religiosa); en Oceanía han sido asesinados 2 agentes pastorales (1 sacerdote, 1 laico); En Europa ha sido asesinado 1 sacerdote.

Los que murieron frente al ébola
No podemos dejar de mencionar a los que han muerto no a manos de un criminal sino asesinados por el virus Ébola, que se está cobrando miles de víctimas en África occidental, donde las estructuras católicas, y no sólo las sanitarias, se han movilizado desde el primer brote de la epidemia. La familia religiosa de los Fatebenefratelli (Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios) ha perdido en Liberia y Sierra Leona cuatro hermanos, una hermana y trece empleados de los hospitales en Monrovia y Lunsar, al haber contraído el virus en su generoso compromiso de cuidar a los enfermos.


Manuel García Viejo y Miguel Pajares, religiosos españoles
de la Orden de San Juan de Dios, murieron combatiendo
el ébola en sus hospitales de África


“Nuestros hermanos han dado su vida por los demás, como Cristo, hasta el punto de morir infectados por esta epidemia”, escribieron Fray Jesús Etayo, Prior General.

Una suerte similar a la que corrieron las seis religiosas misioneras italianas de las Hermanas de los Pobres de Bergamo, que murieron en el Congo en 1995 por haber contraído el virus Ebola al no dejar a la población sin atención sanitaria. Para ellas, en 2013 se abrió el proceso de beatificación.

Como sucede desde hace algún tiempo, la lista de Fides no trata sólo de los misioneros ad gentes en sentido estricto, sino de todos los agentes pastorales asesinados de forma violenta. No se utiliza el término “mártires”, excepto en su sentido etimológico de “testigos” para no entrar en el juicio que la Iglesia podrá dar a algunos de ellos, y también por las pocas noticias que se consigue recoger sobre su vida y las circunstancias de la muerte.

Una vez más la mayor parte de los agentes pastorales asesinados en el 2014 ha encontrado la muerte como resultado de intentos de robo o hurto, y en algunos casos agredidos con ferocidad, una señal del clima de decadencia moral, de pobreza económica y cultural, que genera violencia y desprecio por la vida humana.

Ninguno de ellos ha realizado acciones atroces o gestos increíbles, pero han vivido con perseverancia y humildad su compromiso diario de dar testimonio de Cristo y de su Evangelio en este tipo de situaciones.

Algunos fueron asesinados por las mismas personas a las que ayudaban, otros abrieron la puerta a quienes pedían ayuda y fueron atacados, otros fueron asesinados durante un robo, para otros el motivo de los asaltos y secuestros que terminaron trágicamente no esta claro, y tal vez nunca se sepa las verdaderas causas.

Casos que se juzgan décdas después
En 2014 han sido condenados los mandantes del homicidio del obispo de La Rioja (Argentina), Mons. Enrique Angelelli, 38 años después del asesinato del Prelado, que trató de camuflarse con un accidente de coche; también han sido condenados los mandantes y los ejecutores del asesinato de Mons. Luigi Locati, Vicario apostólico de Isiolo (Kenia), asesinado en 2005; se ha arrestado además a los responsables de la muerte del Rector del Seminario de Bangalore (India), p.Thomas, asesinado en 2013.

Los secuestrados y desaparecidos
Sigue siendo motivo de gran preocupación el destino de otros agentes pastorales secuestrados o desaparecidos, de los cuales no se han tenido noticias, como es el caso de lostres sacerdotes congoleños Agustinos de la Asunción, secuestrados en Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo en octubre de 2012, o del jesuita italiano padre Paolo Dall'Oglio, secuestrado en Siria en 2013, o del p. Alexis Prem Kumar, que fue secuestrado el pasado 2 de junio en Herat, Afganistán.

Los que alcanzan los altares
El 24 de mayo, fueron beatificados el misionero del PIME (Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras) padre Mario Vergara, y el catequista laico Isidoro Ngei Ko Lat, asesinados por odio a la fe en Birmania, en 1950. “Que su heroica fidelidad a Cristo pueda ser estímulo y ejemplo para los misioneros y especialmente los catequistas que en las tierras de misión desempeñan una labor apostólica valiosa e irreemplazable”, dijo el Papa Francisco.

A las listas provisionales elaborados anualmente por la Agencia Fides, de hecho, siempre hay que añadir la larga lista de muchos, de los cuales tal vez nunca se tendrá noticia o de quienes no se sabe el nombre, que en todos los rincones del planeta sufren y pagan con la vida su fe en Jesucristo.


FIDES