PARÍS, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Nuevos atentados contra tres casas de cristianos se produjeron este martes en Bagdad, capital de Irak, aunque esta vez sin víctimas. Este lunes llegaron al aeropuerto de Orly, París, Francia, 35 iraquíes heridos en la iglesia siro-católica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Bagdad, obra de un comando armado de Al-Qaeda. Los obispos iraquíes hicieron el viernes 5 de noviembre un dramático llamamiento a los obispos franceses pidiendo su apoyo y oraciones.
Segun informaba, la agencia France Presse (AFP), en Bagdad tres casas de cristianos fueron el objetivo, este martes por la tarde, de atentados con bomba, en Mansour, barrio occidental de la capital.
Además, una persona fue muerta y otras cinco heridas por otro presunto atentado que habría partido de un partido islámico en Amriya, otro barrio del oeste de Bagdad.
Este 12 de octubre, con motivo del Sínodo de Oriente Medio en el Vaticano, el arzobispo de Kirkuk se había mostrado inquieto por el “éxodo mortal” de los cristianos de Irak, afirmando que estos quieren “vivir en paz y en libertad en lugar de sobrevivir”.
Proveniente de Bagdad, el avión medicalizado que llegó a Orly este lunes transportaba a 35 heridos --de los que 34 son cristianos y uno es un agente de seguridad musulmán--, así como a 19 acompañantes, en el marco de una repatriación sanitaria organizada por este país, informó la agencia France Presse (AFP).
La evacuación forma parte de una iniciativa, anunciada en 2007 por la presidencia francesa, que tiene por objetivo acoger a iraquíes “pertenecientes a minorías religiosas vulnerables”.
Desde entonces, 1.300 cristianos de Irak han sido acogidos en Francia. Un segundo grupo de 93 iraquíes será evacuado en fecha próxima.
Las autoridades iraquíes han pedido a Francia que no favorezca el éxodo de personas de su país, mientras califican de catástrofe para Iraq lo ocurrido en la iglesia siro-católica.
A raíz del atentado, los obispos de Irak hicieron un llamamiento a sus “hermanos de Francia”, según informaba el 5 de noviembre el sitio de la diócesis de Rabat, Marruecos. Pedían apoyo y oraciones pero rogaban también “quedaos con nosotros”.
“Nuestro calvario – dice el mensaje – es duro y nos parece prolongado. La masacre que tuvo lugar en la catedral de Nuestra Señora del perpetuo Socorro, con 58 muertos, entre los que había dos jóvenes sacerdotes y 67 heridos, de ellos un sacerdote, nos ha sacudido profundamente”.
“Perdemos la paciencia pero nunca perdemos la fe y la esperanza. Este suceso de tal magnitud, que se produce justo tras el Sínodo [dedicado a Oriente Medio], nos impresiona todavía más”, afirman los prelados de Irak.
Piden a los obispos franceses su “oración y apoyo fraternal y moral”. “Vuestra amistad nos anima a quedarnos en nuestra tierra, a perseverar y a esperar. Sin esto nos sentimos solos y aislados”.
“Necesitamos vuestra compasión respecto a todo lo que toca la vida de los inocentes, cristianos y musulmanes. Quedaos con nosotros, quedaos con nosotros hasta que pase el flagelo. Que el Señor nos proteja a todos”.
Por Nieves San Martín
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