El Obispo Auxiliar de Lahore, Mons. Bernard Shaw, llamó al Papa Benedicto XVI y a las madres paquistaníes para que defiendan a Asia Bibi, la primera mujer cristiana condenada a muerte bajo la polémica Ley de Blasfemia, usada para perseguir a las minorías religiosas en Paquistán.
Asia Bibi, de 45 años y madre de cinco niños, fue condenada a morir en la horca el 8 de noviembre pasado por una corte del distrito de Nankana en la provincia de Punjab, a unos 75 kilómetros al oeste de Lahore. La acusan de haber insultado a Mahoma, pero ella sostiene su inocencia y asegura que es perseguida por su fe.
"Hacemos un llamamiento sincero al Santo Padre para que pueda orar, interceder, dirigir unas palabras en favor de Asia Bibi, una mujer cristiana injustamente condenada a muerte por blasfemia. Pedimos que se le conceda el indulto y sea liberada", afirmó el Obispo en declaraciones a la agencia vaticana Fides.
Mons. Shaw también pidió a la comunidad internacional que levante su voz, presione y trabaje "en todos los niveles para salvar a esta mujer, que es inocente".
"Nosotros le decimos a todas las madres de Pakistán: Asia es una madre como vosotras, defendedla, no dejéis que sus hijos queden huérfanos", agregó.
Mons. Shaw confía en la movilización de la opinión pública paquistaní "donde existen y organizaciones cristianas y musulmanas que trabajan por la paz y la armonía, para combatir el fanatismo religioso, para desactivar la polarización entre las diferentes comunidades ".
Por su parte, Peter Jacob, secretario ejecutivo de la Comisión "Justicia y Paz" consideró que lo ocurrido con Asia Bibi es "una verdadera afrenta a la dignidad humana y a la verdad".
"Haremos todo lo posible porque se desmienta el veredicto y se valla a la apelación, en el Tribunal Superior de Lahore", agregó Jacob y denunció otros cinco casos registrados en los últimos dos meses, de falsas acusaciones de blasfemia y violación de los derechos humanos.
El caso de Asia
En junio de 2009, Asia cumplía labores de obrera en Sheikhupura, cerca de Lahore, Pakistán. En una ocasión le pidieron que buscara agua potable para sus compañeras. Algunas de las trabajadoras –todas musulmanas– se negaron a beber el agua por considerarla "impura" debido a que fue provista por una cristiana.
Un día más tarde Bibi fue atacada por una turba, denunció el caso a la policía y fue llevada a una comisaría por su seguridad, donde paradójicamente recibió un cargo de blasfemia en su contra acusada de haber insultado a Mahoma. Desde su encierro dijo a los investigadores que es perseguida por ser cristiana y negó haber proferido los insultos.
La Ley de Blasfemia agrupa varias normas contenidas en el Código Penal de Pakistán para sancionar cualquier ofensa de palabra u obra contra Alá, Mahoma o el Corán, que sea denunciada por un musulmán sin necesidad de testigos o pruebas adicionales. Su aplicación puede suponer el juicio inmediato y la posterior condena a prisión de cualquier persona.
Hasta la fecha, Paquistán no ha ejecutado a nadie por blasfemar pero al menos 80 personas son procesadas anualmente bajo estos cargos. Se estima que solo el tres por ciento de los 167 millones de paquistaníes no son musulmanes.
En julio pasado, dos hermanos cristianos acusados de haber redactado un panfleto con críticas a Mahoma fueron asesinados a balazos cuando salían de una corte en la que eran procesados bajo la Ley de Blasfemia.
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