TIRANA, domingo, 18 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Las mezquitas y las iglesias fueron cerradas a la fuerza en 1967, la práctica religiosa no se volvió a permitir durante casi un cuarto de siglo. De hecho, Albania es conocida como el primer estado ateo del mundo.
Hoy en la Albania postcomunista, es difícil hacer una estimación de cuántos católicos hay entre una población de 3,6 millones del país, se calcula que son quizás el 10%, mientras que el 20% son ortodoxos. La mayoría de la población se dice musulmana.
En este escenario ha trabajado durante diez años la doctora italiana Anna Maria Doro, miembro de la Comunidad de San Egidio, quien en esta entrevista comparte su experiencia.
--¿Qué fue lo que más le impactó cuando llegó por primera vez a Albania? ¿Qué le impresionó a usted personalmente?
--Doro: Lo que me impactó fue la diferencia entre estos dos países: Italia y Albania. Albania está muy cerca de Italia, sólo hay 60 kilómetros desde el puerto de Bríndisi al puerto de Vlore, en Albania.
Albania no ha cambiado, se ha quedado como hace cien años: muy pocos coches en las calles, malas carreteras y cortes de electricidad. La vida de la gente está ligada a un sistema agrícola muy arcaico, muchos son pastores. Pero lo que me tocó fue la calidez de la gente. Los albaneses son muy acogedores con los extranjeros. La hospitalidad tiene mucho valor e incluso cuando están en una situación difícil comparten lo que tienen con sus huéspedes.
--No sé si lo he leído bien, ¿hay una cerca electrificada que rodea todo el país?
--Doro: Hubo una especie de cerca, por ejemplo, a lo largo de la frontera con Yugoslavia que rodeaba el lago. Hasta hoy no hay árboles en la frontera. Todos los árboles fueron cortados para evitar que la gente saliera del país. Abandonar el país estaba prohibido y la gente que era capturada era ejecutada y su familia perseguida. He encontrado a gente que no pudo terminar sus estudios porque un primo lejano intentó escapar.
Incluso se prohibían los movimientos dentro del país, por lo que a la gente de las montañas, que tenía privaciones económicas, se le prohibía emigrar a las zonas urbanas, porque era un privilegio vivir en la ciudad, que se concedía a los miembros leales al régimen. Había un aislamiento cultural total y a la gente se le prohibía escuchar noticias y música extranjera y, en consecuencia, la gente no era consciente de los acontecimientos del mundo exterior durante ese periodo y tenían una visión distorsionada del mundo exterior.
--El ataque a la Iglesia fue terrible; la persecución fue dura. ¿Qué ejemplos nos puede dar de cómo tuvo lugar este ataque a la Iglesia?
--Doro: Comenzaron con la matanza de 60 sacerdotes y muchas monjas y el arresto de todos los sacerdotes. Tuvo lugar la supresión de las órdenes religiosas y el cierre de los colegios católicos. Encontré a una hermana estigmatina en Shkodër. Su convento fue cerrado. Eran unas 90 religiosas. Volvieron a sus casas y siguieron siendo monjas y la gente seguía llevándoles a sus hijos para que los bautizaran en secreto. Algunas de estas hermanas eran novicias y tuvieron que esperar para vestir su hábito religioso hasta 1991 cuando ya tenían setenta años.
--Usted es médico. Ha estado trabajando en Albania desde 1995. ¿Qué desafíos médicos ve? Usted trabaja con niños. ¿Qué desafíos ve en las estructuras e infraestructuras médicas de Albania?
--Doro: La Comunidad de San Egidio ayuda sobre todo en los sectores sanitario y educativo. El sector sanitario está mal equipado como la mayoría de los sectores públicos en Albania. Así que ayudamos con donaciones de medicinas y equipo sanitario para los hospitales. Y sobre todo en el norte, que es la parte más pobre del país, apoyamos 14 clínicas pediátricas para ayudar a luchar contra la malnutrición infantil. Por supuesto, desde 1991 la situación económica en Albania ha mejorado, pero hay todavía muchas necesidades en el sector sanitario y la gente todavía está sufriendo. Faltan infraestructuras y todavía hay cortes de electricidad, y esto es muy duro para la gente.
--De alguna manera parece haber un silencio sobre el país por parte de la comunidad internacional. ¿Nota usted esto y por qué?
--Doro: Durante 40 años era imposible saber algo de Albania. Ahora, la situación es seguramente diferente. Desde un punto de vista general, diría que los albaneses están muy interesados en otros países y lenguas pero no hay reciprocidad en los europeos occidentales y en Estados Unidos. Los italianos, por ejemplo, están mal informados de Albania. Su percepción se basa en los primeros albaneses que encontraron en 1991: pobres refugiados. Ahora la situación es diferente. El albanés que emigra al extranjero debería poder contar con un cambio de percepción en la comunidad internacional y a través del turismo. Hay muchos lugares maravillosos en Albania.
--¿Cómo trabaja la Iglesia en este esfuerzo de reconstrucción?
--Doro: La Iglesia está haciendo una labor muy importante en Albania. Ha ayudado en la reconstrucción de la sociedad en términos de desarrollo humano y en la comunicación del Evangelio. Esto comenzó al principió sobre todo con la ayuda de la Iglesia universal. Muchos misioneros - sacerdotes y monjas - vinieron de Italia, Kosovo, Croacia, la India, Filipinas y Alemania. Ayudan a reconstruir iglesias, escuelas y clínicas. Al principio la Iglesia se vio obligada a actuar como un administrador, porque el estado o no estaba presente o era ineficaz. Creo que la Iglesia es un punto de referencia muy importante no sólo para los católicos sino para todos, incluyendo a quienes no tienen una identidad religiosa clara, porque la Iglesia es testigo del amor cristiano que es gratuito, compasión y amor, lo que no es común en esa sociedad.
--¿La gente confía mucho en la Iglesia porque ha vivido con ella durante sus tiempos difíciles, quizás más que en el Estado, verdad?
--Doro: Sí, se tiene confianza en ella y es muy respetada no sólo por el Estado sino también por otras religiones porque la Iglesia ayuda a todos sin distinción y la gente lo reconoce.
--¿Cómo es la relación entre musulmanes y católicos en Albania? ¿Parece ser de absoluta armonía?
--Doro: Hasta ahora sí. Los católicos y los musulmanes conviven. Los católicos visitan a los musulmanes durante sus fiestas, y viceversa. Ahora se dan algunos signos de fractura en las relaciones los acontecimientos internacionales también tienen su reflejo en Albania, pero, en general, la relación es bastante buena y hay muchos matrimonio entre ambos.
Esta entrevista fue realizada por Mark Riedemann para "Dios llora en la Tierra", un programa semanal radiotelevisivo producido por la Catholic Radio and Television Network en colaboración con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Puede verse esta entrevista en vídeo en www.wheregodweeps.org/albania-a-nation-without-god/
Más información en www.ain-es.org, www.aischile.cl
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