Mons. Buti Tlhagale, Presidente de la Conferencia Episcopal de Sudáfrica |
"Para lograr el mismo genocidio trabajan los jueces y políticos latinoamericanos. Algún día la historia escupirá sobre su memoria. MyP"
Pasaron quince años desde que el aborto fue legalizado en Sudáfrica. Desde entonces, se estima que a más de un millón de niños no nacidos les fue negado el más fundamental de los derechos humanos, el derecho a la vida”, es lo que afirmó monseñor Buti Joseph Tlhagale, arzobispo de Johannesburgo y presidente de la Conferencia Episcopal de Sudáfrica (SACBC), en un documento de la entidad episcopal difundido recientemente.
“Recordamos a ese millón de niños no nacidos. Lamentamos que a esos hijos de Dios les fue negado el derecho de nacer en el mundo creado por Dios y enriquecerlo con sus propios dones y talentos”, dice un trecho del documento.
Monseñor Tlhagale recuerda que aquellos que apoyaron la ley afirmaron en su momento que ella era necesaria para combatir el flagelo del aborto clandestino. Sin embargo, el arzobispo pregunta si después de 15 años la ley alcanzó el objetivo alegado, pues, “en casi todos los postes a lo largo de las estradas hay carteles que reivindican abortos seguros e indoloros. Ellos pueden ser vistos en carteles frente a la sede del Departamento de Salud, en Pretoria, y en las paredes de nuestras escuelas”, observa el arzobispo.
“Si la publicidad es tan difundida, la demanda por abortos clandestinos debe ser todavía más elevada”, comenta el prelado.
Posición de la Iglesia La posición de la Iglesia Católica sobre el aborto es clara e inequívoca. El hecho de que la ley diga que el aborto es legal no lo torna moralmente correcto.
Todo nascituro fue creado por Dios que “lo tejió en el vientre de su madre” (cf. Sl 139, 13). Tiene el derecho a la vida, un derecho que debe ser respetado por la madre y protegido por el Estado”, dice el comunicado.
“Otro derecho que debe ser respetado por el Estado y sus funcionarios es la objeción de conciencia. Aquellos que creen que el aborto es moralmente errado tienen el derecho de rechazar a participar de los procedimientos para practicarlo”, recuerda la nota de la SACBC.
Al final de las declaraciones del Episcopado, hay consejos y una invitación a los envueltos en cuestiones de aborto: recurran a los sacerdotes y los centros de asesoramiento de la Iglesia Católica, allí encontrarán comprensión, ayuda y caridad:
“Todos nosotros, padres, profesores, miembros de la Iglesia, debemos entender lo que una joven está atravesando, cuando percibe que está embarazada. Ella precisa de nuestro amor, nuestro apoyo, nuestra comprensión y, a veces, nuestro perdón”.
“Como Iglesia estamos comprometidos de todas las maneras para ayudar a las madres solteras y las parejas que intentan buscar el camino del aborto. Nos comprometemos a no condenar, como Jesús no condenó”.
AICA
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