Desde que los maoístas dieron muerte al fanático hindú Swami Laxamanda, una ola de violencia criminal contra los cristianos se ha extendido por toda la India, a pesar de que desde el primer momento los autores del hecho reivindicaron el asesinato.
Sin embargo, los hindúes que odian más a los cristianos que a los escasos seguidores de Mao, vieron en el atentado contra el cabecilla radical la ocasión perfecta para perseguir con total impunidad a la comunidad cristiana de la India. Y muy especialmente sufrieron la ira asesina los dalits (intocables) que se han convertido en masa al cristianismo o al budismo. Recuérdese que en los años 50 tres millones de intocables abrazaron ésta ultima fe.
El hinduísmo, se ve amenazado porque su afrentosa e inhumana división en castas no convence a los que ni tan siquiera son considerados seres humanos, puesto que hasta su mera presencia o sombra contamina a los miembros de las castas superiores. Pero tampoco resulta atractiva su explicación del Mal, que declara al enfermo y pobre culpable por actos cometidos en anteriores existencias.
Aunque el Gobierno se esfuerza en proclamar que las matanzas han finalizado, la realidad desmiente tal aserto, y el partido Sangh Parivar (formado por bramanes, los componentes de la casta superior) sigue fomentando el odio e instigando al genocidio, en unión de otros grupos hinduístas. Afirman los líderes hinduístas, ahora, que todo lo sucedido tiene un carácter de conflicto "étnico" espontáneo y no religioso y planificado , pero lo cierto es que que los cristianos de todas las confesiones han sido brutalmente asesinados.
Así, un hombre es obligado a ver cómo a su hermano lo rocían con gasolina y le prenden fuego, despedazan a un hombre en presencia de su esposa, queman vivos a sacerdotes y monjas, se viola en público a religiosas que posteriormente son salvajemente asesinadas.. se cuentan por centenares los asesinados en toda la India, y 50.000 personas han huido de sus hogares permaneciendo todavía 40.000 escondidos en la jungla.
Sin embargo, pese a todo lo relatado las democracias occidentales, tan atentas a las violaciones de derechos humanos cometidos contra el "sufriente pueblo palestino"o irakí nada han dicho hasta el momento sobre las matanzas de cristianos en la India, advirtiéndose únicamente un silencio sepulcral y cómplice.
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