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De nuevo la violencia contra mujeres y niñas aflige a la comunidad cristiana de Pakistán, que se encuentra conmocionada tras dos nuevos casos de violencia brutal en Rawalpindi y en Faisalabad, en la provincia de Punjab. La agencia Fides informó de los casos de las niñas de 12 y 13 años Lubna Masih y Kiran Nayyaz, la primera violada y asesinada por un grupo de musulmanes y la segunda, violada por un joven musulmán, que ha quedado embarazada y ahora está bajo la protección de la Iglesia católica local.
La primera había salido de casa a primera hora de la mañana para comprar leche; la otra, trabajaba como sirvien ta en la casa de un rico latifundista musulmán y fue agredida por un chófer de la casa. Lubna Masih era la única hija de Saleem y Guddi Masih, un matrimonio cristiano que vive en Dhoke Ellahi Buksh, un barrio de Rawalpindi. Saleem Masih es taxista. Su hija fue agredida el 27 de septiembre por un grupo de cinco jóvenes musulmanes que la detuvieron en plena calle y la obligaron a subir a un automóvil que se alejó rápidamente. La chica gritó, pero no la ayudó nadie. La llevaron al cementerio de Dhoka Ellahi Buksh, donde la violaron y asesinaron, abandonando allí el cuerpo. Algunas horas más tarde, algunos transeúntes llamaron a la policía, que constató la muerte. Los padres de Luba están en estado de shock y aterrorizados, por lo que todavía no han querido presentar denuncia ni hacer ninguna declaración oficial.Incrédul os y consternados por el dolor, piensan solamente en abandonar la ciudad y reconstruir sus vidas en otro lugar. Algunas organizaciones no gubernamentales y la asociación de abogados cristianos Christian Lawyers Foundation han condenado lo sucedido, y garantizan su apoyo material y legal a la familia, con la esperanza de convencer a los padres para que presenten denuncia e inicien un proceso judicial. Faisalabad.
Kiran Nayyaz, católica de 13 años, fue violada el pasado mes de abril en el pueblo de Chak Jhumra por el joven Muhammad Javed y ahora está embarazada. El 2 de octubre se presentó a las autoridades una denuncia formal contra el violador, gracias a la intervención de la Comisión Justicia y Paz y de la Comisión de la Mujer de la diócesis de Faisalabad. “La situación es dramática: la Iglesia católica local ha asumido la defensa de la familia y ha denunci ado el caso a la policía que está investigando”, explicó a Fides el vicario general de Faisalabad, el padre Khalid Rashid. “La familia está traumatizada y todo la comunidad católica teme las represalias. Pero casos de violencia como estos son frecuentes, por desgracia” señaló el vicario. “Se añade, además, el drama de una adolescente que dará a luz a un niño, fruto de la violencia -destacó-. Como católicos, también en esta tragedia, estamos a favor de la vida”.
Según fuentes de Fides, episodios de violencia y abuso sobre las chicas cristianas están al orden del día. Los más clamorosos son sólo la punta del iceberg. Detrás del homicidio pueden ocultarse intentos de intimidación, la negación de una propuesta de matrimonio procedente de un musulmán, el deseo de meter a la chica en el camino de la esclavitud o la prostitución,... Las familias cristianas, muy débiles a nivel social, son las principales víctimas de esta violencia. El Centre for Legal Aid Assistance and Settlement (CLAAS) declaró que los secuestros y la violencia sexual contra chicas hindúes y cristianas están aumentando en el país, a menudo con la finalidad de obtener conversiones o matrimonios forzados.
El CLAAS, que ofrece asistencia legal gratuita a las víctimas, recordó otros casos recientes que todavía siguen en la impunidad total. En julio de 2010, en Farooqabad, Punjab, una chica cristiana de 16 años fue secuestrada, violada y torturada por tres musulmanes, mientras que otra cristiana de 12 años fue violada por un grupo de estudiantes musulmanes en Gujar Khan, en el distrito de Rawalpindi. Hoy, una familia cristiana cerca de Lahore llora la desaparición de Samina Ayub, también ella empleada en la casa de un rico musulmán. La policía sospecha que se trata de un caso de conversión o matrimonio forzado.En Lyari, una hindú de 13 años llamada Poonam ha sido secuestrada y convertida al Islam. El sufrimiento de las niñas cristianas ha adquirido importancia recientemente también por los casos de Shazia Bashir, Sumera Pervaiz y Magdalene Ashraf.