ROMA, martes 21 febrero 2012 (ZENIT.org).- Un arzobispo de Medio Oriente ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas beligerantes en Siria para que depongan las armas e inicien negociaciones. El temor del prelado es el de una guerra civil a gran escala.
Describiendo la situación siria como “desesperada”, monseñor Paul El-Sayeh afirmó que es necesario actuar para prevenir una extensión de la violencia de Siria a su actual país de residencia, Líbano.
Hablando desde territorio libanés, en una entrevista a la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, monseñor El-Sayeh, obispo de la Curia de Antioquía en Beirut, ha llamado la atención de la comunidad internacional para llevar al régimen de Assad y las fuerzas rebeldes a la mesa de negociación.
El prelado católico de rito maronita, hasta el año pasado arzobispo maronita de Haifa y Tierra Santa, declaró: “Todos sufren en Siria a causa de la violencia que llega desde todos los rincones del país”.
“Es una situación desesperada. Me auguro que todos se sienten a la mesa de negociaciones. No será la violencia la que resuelva los problemas”.
El arzobispo dijo que la amenaza de un desborde de la violencia hacia el vecino Líbano se puso de manifiesto tras los recientes choques en Trípoli entre dos facciones implicadas en el conflicto en Siria.
Monseñor El-Sayed ha afirmado sin embargo que en Líbano el deseo de evitar una repetición de los quince años de guerra civil, desanimará a gobierno y pueblo libaneses de dejarse implicar en el conflicto sirio.
“Hay preocupación por la violencia que llega de Siria pero, al mismo tiempo, existe la conciencia de que el conflicto no ayudará a nadie y cada uno tienen interés en que la situación no se deteriore –añadió--. No creo que estalle nada en Líbano”.
El arzobispo dijo no saber si los sufrimientos de los cristianos son diversos de los de las otras confesiones: “Hay que recordar que los cristianos han tenido siempre óptimas relaciones con los musulmanes en aquella región –subrayó--. Han convivido pacíficamente durante años”.
Los líderes eclesiales de la región no obstante han manifestado el miedo de que, en el caso de una caída de Assad, los cristianos tendrían todas las de perder, porque, probablemente, los grupos islámicos llenarían el vacío de poder.
El arzobispo exhortó a los cristianos y los otros grupos religiosos a rezar por la paz. “Debemos orar para que todo el que tenga una posición de poder haga lo posible por aliviar los sufrimientos de la gente”, dijo monseñor El-Sayeh.
“El problema actual es el sufrimiento de la gente y debemos rezar para que una nueva democracia nazca y que los derechos humanos se respeten”, concluyó.
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