12 de abril de 2010
Un hacendado brasileño afronta este lunes un tercer juicio acusado de ordenar el asesinato en 2005 en el Amazonas de la monja estadounidense y activista por el medio ambiente, Dorothy Stang.
Vitalmiro Bastos Moura había sido condenado en 2007 a 37 años de prisión por su presunto papel en la muerte de Stang, pero luego fue exonerado en un segundo juicio en 2008.
Sin embargo, un juez ordenó que se lo mantenga en prisión, por la sospecha de que había sobornado a un testigo para que cambiara su testimonio.
El asesinato de Stang en el estado de Pará causó conmoción en Brasil y en el mundo entero.
La religiosa, que tenía 73 años en el momento de su muerte, trabajó en el Amazonas por 30 años para la conservación de la selva y la protección de los derechos de los trabajadores rurales contra de los grandes agricultores que querían apropiarse de sus tierras.
Stang recibió seis balazos mientras caminaba por un sendero fangoso de la selva en el pueblo de Anapú, en Pará, un estado fronterizo en el norte de Brasil donde madereros y ganaderos han deforestado grandes extensiones de la selva tropical.
Los dos confesos asesinos dijeron que Moura les pagó para que la mataran, y los fiscales creen que serán declarados culpables otra vez, según reportó el corresponsal de la BBC en Sao Paulo, Paulo Cabral.
Grupos defensores de los derechos humanos aseguran que la violencia es un medio común para arreglar las disputas territoriales en el Amazonas.
El corresponsal señala que muchas personas han sido asesinadas, pero que los culpables rara vez van a prisión.
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