Pese a que el Consejo Revolucionario de Homs y el Consejo Nacional de Siria negaron la existencia de una persecución contra los cristianos, comunidades de diversas confesiones cristianas denuncian ser blanco de ataques de bandas armadas islámicas.
Según informaciones llegadas a la agencia Fides, después de los primeros meses de combate, al ejército de la oposición se han unido bandas islámicas armadas, mercenarios y militantes sunitas libaneses, "buscando apoderarse o instrumentalizar la oposición siria".
Se informó también que los cristianos que no quieren unirse "a la sublevación popular, son cada vez más marginados y considerados enemigos de la revolución", además, algunas familias cristianas fueron expulsadas de Homs por ser consideradas "cercanas al régimen".
Asimismo, las bandas islámicas expulsaron del barrio de Hamidiya en Homs a los cristianos que se han manifestado a favor de la oposición, incluso presentes en la coordinación de grupos de la oposición local.
Por otro lado, diversas casas, edificios del distrito cristiano de Homs y carreteras están llenas de minas y explosivos para impedir un posible avance del ejército sirio.
La semana pasada un representante de la comunidad sirio-católica intentó reunirse con miembros del ejército de liberación sirio para pedir proteger un patrimonio histórico y cultural (edificios históricos y lugares de culto) que desde hace siglos dan testimonio de la fe cristiana en la ciudad
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