"Cada día vienen más cristianos a pedirme certificados de matrimonio y otros documentos para utilizarlos en su exilio", se lamenta monseñor Georges Casmoussa, arzobispo siriaco-católico de Mosul, la gran ciudad del norte de Irak.
Casmoussa fue secuestrado en 2005 y el miedo al chantaje y a la violencia religiosa incita cada mes a cientos de cristianos a huir de Irak. Desde el 20 de febrero, 4.000 han huido de Mosul, según la agencia de la ONU para los derechos humanos.
En Irak, los cristianos ya son menos de 600.000 (3% de la población). "Desgraciadamente, los cristianos iraquíes escriben ahora una historia similar a la de sus correligionarios turcos tras la I Guerra Mundial", asegura por teléfono el arzobispo.
El exilio no es solo un fenómeno iraquí. En mayor o menor medida afecta a todos los cristianos de Oriente Próximo. Hace unas décadas eran el 20% de la población, pero ahora ya son menos del 5%.
Para reflexionar sobre esa caída demográfica, el papa Benedicto XVI ha convocado, del 10 al 24 de octubre en Roma, un sínodo de los obispos de Oriente Próximo.
El debate se inspirará en un documento (Instrumentum Laboris-La Iglesia católica en Oriente Medio: comunión y testimonio) que el Papa repartió a los obispos el domingo pasado al término de su viaje a Chipre.
Sus 50 folios han sido redactados a partir de las respuestas a un cuestionario enviado a obispos y conferencias episcopales de las iglesias orientales, así como a grupos eclesiásticos en la zona.
Por un lado, el documento recalca que las "corrientes extremistas" musulmanas constituyen una "amenaza" para los cristianos y, por otro, denuncia "la injusticia política impuesta a los palestinos" por Israel, que dificulta incluso la vida religiosa.
En Irak y Líbano los cristianos han sido "las principales víctimas" de la guerra. En Egipto, el país en el que son más numerosos, "el auge del islam político" y la "retirada" de los coptos de la sociedad civil "hacen que su existencia pase por serias dificultades". En Turquía, "el concepto de laicidad supone un problema para la plena libertad religiosa". En otros países, a los que no se nombra, prevalece el "autoritarismo", cuando no son meras "dictaduras".
"La relación entre cristianos y musulmanes es, a veces o con frecuencia, difícil porque los musulmanes no distinguen entre religión y política, lo que coloca a los cristianos en la situación delicada de pérdida de derechos ciudadanos", señala el texto. "El éxito de la coexistencia entre cristianos y musulmanes pasa por el reconocimiento de la libertad religiosa y de los derechos humanos".
Tras constatar que la emigración no ceja, advierte: "La desaparición de los cristianos significaría la pérdida de ese pluralismo que caracterizó desde siempre a los países de Oriente Próximo".
http://www.elpais.com . IGNACIO CEMBRERO - Madrid - 09/06/2010
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