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Estado Islámico «Conquistaremos su Roma, romperemos sus cruces, esclavizaremos a sus mujeres con el permiso de Alá»

(EP/InfoCAtólica) «Atacad a los soldados, patrones y tropas de los tawaghit (los que superan los límites marcados por Alá). Atacad sus policías, agentes de seguridad y de Inteligencia, así como a sus traidores agentes. Destruid sus camas. Amargadles las vidas y ocupaos de ellos», ha indicado Abú Muhamad al Adnani, el portavoz de Estado Islámico, en un comunicado publicado en Internet y difundido por el diario digital 'The Long War Journal'.

«Si podéis matar a un infiel americano o europeo, especialmente a los vengativos y sucios franceses, o a un australiano, un canadiense o cualquier infiel de los que promueven la guerra infiel, incluidos los ciudadanos que han entrado en la coalición contra el Estado Islámico, confiad en una vez más en Alá y matadles de cualquier modo o manera pero hacedlo», ha subrayado. «Conquistaremos su Roma, romperemos sus cruces, esclavizaremos a sus mujeres con el permiso de Alá, el elevado», ha asegurado.

El aterrador avance de los jihadistas de EI, según un sacerdote argentino en Irak

El sacerdote argentino Luis Montes llegó en 2010 a Irak
 El 31 de octubre de 2010, unos seis hombres armados con ametralladores irrumpieron en la misa dominical de la iglesia siro-católica Nuestra Señora de la Salvación, en Bagdad. Murieron 58 personas, entre ellos, dos sacerdotes. Las cruces y otros símbolos religiosos estallaron en pedazos. El grupo jihadista Estado Islámico en Irak se atribuyó la responsabilidad del ataque. Días después, llegó a esa ciudad para instalarse el padre argentino Luis Montes, mientras se agudizaba el éxodo de cristianos. Hoy, cuatro años después, el sacerdote atestigua con impotencia la mayor "limpieza étnica" en el conflictivo país, amenazado por el avance de ese grupo.

En una comunicación telefónica con LA NACION, el padre Montes se apura en aclarar que él, en la Catedral de rito latino San José y Santa Teresa del Niño Jesús, de Bagdad, no convive con las atrocidades de Estado Islámico (EI), ya que la capital está cercada por un operativo de seguridad que, por ahora, el grupo extremista no puede sortear. Sin embargo, la angustia llega a su voz cuando habla sobre el sufrimiento de los cristianos, entre otras minorías, del norte del país que mueren o huyen ante el violento accionar de EI, conocido mundialmente por los videos de las decapitaciones de dos periodistas estadounidenses.

"Las noticias que llegan del norte son de una crueldad nunca antes vista. Este grupo [EI] comete actos violentos y además los publicita. Crucifixiones; decapitaciones hasta de niños de 10 años; raptos de mujeres para dárselas a los soldados y venderlas, antes de torturarlas para que sean musulmanas... Estamos viendo la desintegración de este país que queremos tanto", lamenta el padre Montes, un religioso bonaerense, nacido en la localidad de Darregueira, de 44 años.

Junto al padre Jorge Cortés, ambos del Instituto del Verbo Encarnado, son los únicos sacerdotes sudamericanos en el país y por eso se pusieron al frente de una página de Facebook y un blog donde cuentan en español cómo es el día a día en ese país, lo que consideran que es su mayor aporte. Sin embargo, no es el único. Además, reciben pequeñas donaciones que destinan principalmente a los campos de refugiados del norte, la zona más afectada por las atrocidades de EI, y también guardan reservas porque creen que los desplazados comenzarán a llegar a la capital en busca de mayor seguridad.
En el norte, cuenta Montes, han sucedido historias desgarradoras. Estado Islámico llegó sin piedad con la intención de "matar a cualquiera que no sea musulmán", lo cual impulsó a más de un millón de personas a desplazarse, dentro o fuera de la frontera. En los campos de refugiados del Kurdistán ahora viven inmersos en la incertidumbre muchos de esos cristianos perseguidos.
"Los refugiados no tienen nada. Les robaban las alianzas de los dedos; los aritos de oro a los bebes; incluso los audífonos a un niño de 8 años para sacarles las baterías. Se quedaron sin nada y de pronto están viviendo en campos de refugiados sin posibilidades de conseguir algo", cuenta el sacerdote. Al instante, destaca la "organización" de las iglesias de esa región, que con las donaciones que llegan de otras parroquias del mundo intentan armar "de cero" un lugar habitable, con comida, agua potable y resguardo de los calores de hasta 60 grados; y sin epidemias.

Limpieza étnica

 
El padre Montes, con el equipo de fútbol de la parroquia. 
Foto: Gza. Padre Luis Montes
Según las cifras oficiales de la Iglesia en Irak, antes del desembarco militar estadounidense en el país en 2003, había casi un millón y medio de cristianos. El Patriarca católico-caldeo del país, el rito más popular allí, Luis Rafael Sako I calcula que en la actualidad hay sólo 300.000 y teme que, tras la ofensiva de EI, queden 50.000.
"Es una limpieza étnica y religiosa: matan a los que no piensan como ellos. Si esto sigue así, se va a transformar en genocidio. Se está buscando el exterminio en este país. Se odia a la cruz de Cristo. Los cristianos son los primeros para eliminar", dice el padre argentino.
Montes, como párroco de la catedral de Bagdad, es el encargado de firmar los certificados de bautismo necesarios para poder salir del país, con lo cual tiene un termómetro para medir cómo impactan las noticias del norte en la capital. Sólo el martes último, por ejemplo, firmó 20 actas.
"Yo preferiría que [las familias] se queden, pero no podemos hacer presión, meternos en una decisión tan personal. Les hago ver cosas que no tienen en cuenta: que se van tienen que adaptarse a otra cultura, conseguir trabajo. Esas cosas uno se las explica porque en medio de la dificultad piensan que donde vayan van a estar mejor. Pero no siempre es así. Y después ya no pueden volver al país", remarca.
"En Bagdad hasta hace poco querían quedarse muchos. Ahora ya no tienen esperanza de que haya paz. Algunos ni siquiera quieren irse a otro país árabe. Para la Iglesia, eso es devastador y también para la sociedad, porque se va un componente que es parte del tejido nacional", reflexiona. "Por cada cristiano que se va, la comunidad queda más indefensa, más debilitada", completa.
El religioso agrega que en Irak se vive la sensación de que una guerra civil es inminente y que va a concluir con la división del Estado entre los sunnitas (la rama musulmana a la que pertenece EI), kurdos y "el resto". Para eso, llama a un gobierno de unidad nacional que integre a todas las religiones y promueva la tolerancia en una sociedad que es tradicionalmente tribal.
El sacerdote, que vendrá a la Argentina en poco más de dos semanas para visitar a su madre, no dudan en quedarse en Irak pese a los riesgos. "La vida nuestra es seguir con los cristianos. Seguiremos en Bagdad mientras haya cristianos", dice convencido, e incluso desliza: "Me gustaría si es posible quedarme para siempre en Irak. Aunque, claro, estoy dispuesto a ir adonde me manden".

La ayuda del papa Francisco

Las citas al papa Francisco se cuelan en las palabras del padre Montes, quien dice estar profundamente agradecido con el pontífice argentino por intentar despertar casi a diario la atención sobre el conflicto en la comunidad internacional, a la que le guarda varios reproches.
Montes tomó como un gesto invaluable el envío a Bagdad del cardenal Fernando Filoni, ex nuncio del Vaticano en Irak, hace unos días, quien llevó el mensaje personal de Francisco y un aporte material de un millón de dólares.
"El Papa utiliza todos los medios de comunicación para pedir la ayuda. Es la voz que no calla en defensa de este país. Esto es un enorme consuelo para los cristianos", dice el religioso, y aclara que no se comunicó con Francisco porque "el Papa habló con las personas en la zona más castigada".
Montes recuerda las palabras del pontífice cuando pide una intervención extranjera ante el avance de EI al asegurar que "es legítimo defenderse ante un agresor injusto", pero es crítico con los bombardeos de Estados Unidos, porque lo considera "un parche".
"Hacen bombardeos para que el Kurdistán no caiga en manos de EI. Está cuidando sus intereses. No piensa en los pobres cristianos. Lo que el Papa ha pedido es que la ONU y las potencias del mundo tomen la decisión correcta de cómo detener esta masacre", dice, y exige que se investigue y se castigue a los países vecinos que financian a EI.
"Uno de los grupos más brutales y asesinos de la historia sigue recibiendo ayuda", subraya con indignación. En ese momento, se le vienen a la cabeza los cuatro años en que, en vano, deseó que los cristianos pudieran vivir en paz en Irak.

Fuente: LA NACION

Brutal asesinato de tres misioneras en Burundi

El Papa Francisco con dolor ha enviado este lunes dos telegramas de pésame por la muerte de tres misioneras javerianas asesinadas en Burundi.

Las palabras de "participación al dolor" han sido dirigidas al obispo de la diócesis y a la superiora general de las misioneras italianas,“asesinadas salvajemente” por un desconocido que se introdujo en su casa. La policía local ha desmentido que se trate de un robo, como aseguró la diócesis de Parma, Italia.  


El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, envió en nombre del Papa Bergoglio un telegrama al obispo Evariste Ngoyagoye, de Bujumbura, con motivo del asesinato de Sor Bernardetta Bogianni de 79 años, Sor Lucia Pulici de 75 años y Sor Olga Raschietti de 83 años, que realizaban su servicio pastoral en la parroquia de San Guido María Conforti en la zona norte de la capital de Burundi.

La Vicaria general ha negado que las misioneras hayan sido violadas, como algunos medios han informado. Según la agencia France Press, Sor Bernadetta Boggian ha sido asesinada y decapitada horas después de sus compañeras. El alcalde de Kamenge, Damien Baseka ha confirmado que “las religiosas han sido asesinadas salvajemente”.

Según el periódico italiano, Avvenire, las religiosas trabajaban en una zona conocida por las rivalidades entre etnias Hutu e Tutsi. Precisamente, ellas se ocupaban de proyectos de educación a la paz entre etnias y formación laboral para jóvenes y mujeres del lugar.

Última carta de sor Bernardetta, asesinada en Burundi. “Me parece percibir la presencia de un Reino de amor”

Dolor del Papa Francisco 

“El Santo Padre pide al Señor - escribe el cardenal Pietro Parolín - que acoja en su morada de paz y de luz a estas tres religiosas fieles y entregadas. En esta trágica circunstancia expresa su cercanía a la comunidad religiosa a la que pertenecían, a las familias de las víctimas y a la entera comunidad diocesana” manifestó.

El Secretario de Estado, escribió otro telegrama a sor Inés Frizza, Superiora General de las Misioneras Javerianas en el que comunicó el dolor de Papa Francisco por la trágica muerte de las misioneras y aseguró su viva participación por la grave pérdida del Instituto misionero.

El Obispo de Roma ”mientras espera que la sangre derramada se convierta en semilla de esperanza para construir la auténtica fraternidad entre los pueblos, eleva fervientes oraciones de sufragio por estas generosas testigos del Evangelio y de corazón imparte a sus familiares, a todo el instituto y a cuantos lloran la perdida, la consoladora bendición apostólica”, confirmó Parolin.

Por su parte, el cardenal Parolín manifestó su aflicción personal este martes durante una misa celebrada en la Basílica de Monte Berico en Vicenza, Italia, en ocasión de la fiesta de la Virgen María, patrona de dicha diócesis.

Última voluntad de las misioneras

“Las religiosas asesinadas serán enterradas en Africa. Es un gesto de amor hasta el final” afirmó a la agencia Fides, la ex superiora general regional de las javerianas en Bujumba.
“Las tres monjas tenían serios problemas de salud, pero todas habían pedido, casi con obstinación, de poder regresar a Burundi y dar la vida hasta el final” informó sor Della Guadagnini, ex superiora regional. Las misioneras serán enterradas en el Este de República del Congo en el cementerio de las misiones javerianas, Bukavu.

No fue por un robo, se busca un joven 

El sospechoso es un joven que testigos han visto escapar del lugar del delito este lunes en horas de la tarde. Un representante de la policía local ha explicado que “el asesino ha degollado las dos religiosas, sor Lucia,  75 años y sor Olga, 83 años, antes de obstinarse en golpear el rostro de una de las mujeres con una piedra” aseguró.

La policía confirmó que las misioneras no han sido asesinadas durante un tentado robo, como sostuvo la diócesis de Parma. En la reconstrucción, la policía local encontró las pertenencias y dinero de la comunidad en el lugar de los hechos.

Aumentan muertes de los misioneros en el mundo

Sumando la muerte de las misioneras italianas en Burundi en las últimas 48 horas, el número de agentes pastorales asesinados desde el inicio de 2014 ha llegado a 18. Según el Sismografo las muertes dividas por continente son: Africa 7, América 6, Europa 1, Asia 2, Oceanía 2.

El año no ha terminado y si comparamos las cifras de 2013, el nefasto récord de agentes pastorales asesinados podría pasar la cifra de 23 del año pasado y continuar el ritmo acelerado de hostilidad hacía los misioneros que en 2012 registró el doble de asesinatos.
sources: Aleteia

Los «Schindler musulmanes» que salvan cristianos en Irak

(TeInteresa/InfoCatólica) Algunos ayudan a las víctimas de ISIS por dinero. Otros, por caridad. El diario italiano ‘Il Corriere della Sera’ los ha llamado ‘Los Schindler musulmanes’, en referencia al alemán Oskar Schindler, que salvó a más de 1.200 judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Son los musulmanes, anónimos, que desafían la cruel barbarie de ISIS, Estado Islámico, y salvan las vidas de sus vecinos, que sólo se diferencian de ellos por su religión.

Las historias de estos hombres se repiten. Como la de un rico hombre de negocios que compró a varias de mujeres yazidíes en el mercado de esclavas de Mosul. Las llevó a Baghdad, donde las envió por avión a sus familias en la provincia kurda.

Son suníes, pero condenan la violencia y el fanatismo de ISIS. Hablan de ellos, en voz baja, los refugiados cristianos en la zona kurda de Erbil. Por cientos, cuentan de sus vecinos musulmanes que salvaron sus vidas. Una historia que repiten los refugiados yazidíes en los campos de Dohuk, cerca de la frontera con Turquía. El diario italiano no habla de nombres, «ya que decir un nombre podría convertirse en una pena de muerte», según explica Antonio Ferrari. Si el califato los descubre, se arriesgan a una decapitación en la plaza pública.

«Coge la calle principal, gira a la derecha, donde está la carnicería, sube las escaleras del primer portal, donde encontrarás el sótano del que te hablé. Te esperan, intenta hablar con mi padre y los niños. Shukran, habibi! (¡Gracias, querido!)». Son las palabras recogidas por el diario italiano de Dhiab Butrus, un refugiado del pueblo cristiano de Qaraqosh. Habla con un vecino suyo y amigo de la infancia, que ha prometido encontrar a su padre y a otros cuatro miembros de su familia. Pese a ser sunita, el vecino ha prometido ayudarle. Sigue sus instrucciones, pero esta vez no ha habido suerte, explica el periodista. La búsqueda continúa.

Dhiab huyó de su localidad. «Cuando escapamos era de noche. Ellos dormían, no oyeron nada, y la mañana siguiente fueron capturados por los extremistas. Al comienzo tenían los móviles, hablabamos cada día. Pero desde el domingo pasado sus móviles están siempre apagados. No sé.... estoy intentando llamarles por teléfono a ver si puedo hacer algo para liberarlos», explica.

«Los hombres del Estado Islámico dicen que tenemos que convertirnos todos. Pero quizá haya una forma de pagar algo y hacer que vengan a Erbil. Tenemos que encontrar el interlocutor adecuado. Y mi amigo lo está buscando. Es un buen musulman y los conoce a todos», cuenta el joven cristiano de 30 años, que no cesa en su búsqueda de su familia.
Otro ejemplo es el de un mullah local, casado con una cristiana. «Hablan de él como un santo», cuenta el diario. «Es un hombre realmente bueno. Ayuda a todos, sin diferencias entre cristianos o musulmanes. Viaja por los lugares donde han apresado a nuestros seres queridos», explican varios refugiados.

El religioso musulmán intenta salvar a las niñas de ser vendidas como esclavas, y de los ancianos que han sido abandonados. Pero «tiene que estar atento. Ya ha sido amenazado. No puede exponerse mucho. Podrían acusarlo de traición», explica Mufid Dawoud, refugiado. Gracias a la mediación del religioso, pudo hablar con su padre de 83 años, con su tío y tres primos por teléfono.