Mons. Georges Abou Khazen se encuentra bloqueado en Beirut porque las vías de cceso a Alepo (Siria) están cerradas. Desde la ciudad libanesa cuenta a AsiaNews acerca de los temores en que viven los fieles de la ciudad. La situación es «crítica» desde hace días, pero en las últimas horas «se ha restablecido el aprovisionamiento de pan, verduras y agua».
Bloqueado en Beirut, imposibilitado de regresar «porque la ruta está clausurada» desde hace días a causa de los combates, y recién hoy se ha registrado una «reapertura parcial» de algunas vías de comunicación. Son horas de espera y ansiedad paraMons. Georges Abou Khazen, vicario apostólico de Alepo de los Latinos, varado en la capital libanesa aguardando poder regresar a la metrópoli siria que es epicentro del conflicto. A partir de la información que ha podido recabar de sus colaboradores y de los fieles que se encuentran en la ciudad y con los cuales está en estrecho contacto, el prelado confirma que «la situación es crítica, la gente tiene miedo» y hay un temor concreto a que haya una «escalada de los combates», no obstante la población –tanto cristianos como musulmanes- ruega incesantemente por la paz».
En los últimos días, se ha registrado una verdadera y auténtica escalada bélica entre las fuerzas del gobierno y las milicias rebeldes en Alepo, segunda ciudad de Siria a la vez que símbolo de una guerra que ya ha tocado su quinto año y que ha provocado más de 280.000 muertos y millones de evacuados. Analistas y expertos subrayan que la conquista de la ciudad por parte de uno de los dos frentes, siendo la madre de todas las batallas que se consuman en el país, marcará una aceleración que quizás sea decisiva en el conflicto.
La mitad de Alepo –otrora corazón económico y comercial de Siria- está en manos de los llamados grupos rebeldes, que en realidad están compuestos en su mayor parte por yihadistas (Estados islámico) y movimientos extremistas islámicos como el Frente de al Nusra, rama local de al Qaeda. Muchas de las armas utilizadas por los «rebeldes» han sido proporcionadas por naciones occidentales, por países del Golfo y por Turquía.
En las últimas horas, Moscú anunció una suspensión de los bombardeos durante tres horas al día, de modo de permitir el ingreso de asistencia a Alepo. Los «corredores humanitarios» serán habilitados entre las 10 y las 13, hora local», como confirma el ministerio ruso de Defensa. Una decisión que, según los expertos de las Naciones Unidas, «no es suficiente» para aliviar los sufrimientos de una población que se encuentra extenuada.
El anuncio llegó mientras en el terreno las fuerzas rebeldes parecen ganar posiciones en relación a las fuerzas fieles al presidente Bashar al-Assad. Mientras tanto, un grupo de médicos de la zona oriental de Alepo, bajo el control de los rebeldes, envió una carta con un pedido dirigido al presidente de EEUU, Barack Obama, para detener los bombardeos sobre la ciudad y proteger a los 250.000 civiles que allí se encuentran.
Entrevistado por AsiaNews en la capital libanesa, Mons. Abou Khazen refiere que «la situación es crítica» desde hace días, sobre todo por la «falta de provisiones y de combustible». En las últimas horas, dice el vicario, «el cuadro general parece haber mejorado un poco, puesto que a la ciudad llegan pan, verdura y hay agua, pero falta la electricidad».
Futuro incierto
«Frente a una escalada del conflicto, la población civil no sabe qué esperarse del futuro», agrega el prelado. Además él confirma «la sensación de que se aguarda inminentemente una gran batalla, un enfrentamiento campal que todos esperan, pero que ha de ser evitado, porque (en ese caso) quienes pagarían las consecuencias mayores serían los civiles».
La esperanza, continúa el vicario apostólico es que «la diplomacia pueda prevalecer y que el encuentro de días atrás entre Erdogan y Putin» pueda contribuir a desbloquear la situación. «Si Turquía cierra las fronteras -agrega- gran parte del problema estaría resuelto» porque entonces faltarían armas y provisiones para los yihadistas,
Sobre la escalada de violencia intervino también el 7 de agosto último, al final del Ángelus, el Papa Francisco, quien recordó que llegaban «noticias de víctimas civiles de la guerra». «Estamos agradecidos por las palabras del pontífice -afirma Mons. Abou Khazen- quien continúa rezando por nosotros y nunca dejó de estar cerca nuestro. Cristianos y musulmanes le agradecen y dicen que si la situación aún está bajo control y los eventos aún no se han precipitado, es gracias a su intervención y a sus oraciones».
Todo está «en manos de las grandes potencias», concluye el obispo, que piensa volver a Alepo en las próximas horas. «Antes podía entrar a la ciudad por el sur, pero ahora se desencadenó la batalla y no sé cuál será la vía de acceso. Quizás por el norte, pero aún estamos a la espera de noticias».
ASIA NEWS
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