Chris Harper-Mercer, el joven que en la tarde del jueves entró en el campus del centro de estudios superiores Umpqua, en Roseburg (Oregón) y disparó a varias personas, asesinando a nueve de ellas, pidió a las víctimas que declarasen cuál era su religión antes de disparar. Si confesaban ser cristianas, disparaba a la cabeza. Si no, a las piernas.
Según publica The Telegraph, una mujer, cuya su abuela estaba en el centro de estudios durante el tiroteo, publicó un mensaje en Twitter en el que cuenta lo sucedido:
«El tirador puso en fila a la gente y les preguntó si eran cristianos. Si decían que sí, les disparaba en la cabeza. Si decían que no, o no contestaban, les disparaba en las piernas. Mi abuela acaba de llegar a casa, ella estaba en la habitación. No recibió ningún disparo, pero está muy mal. Intentó reanimar a una amiga, pero era demasiado tarde. Espero que algo como esto nunca vuelva a suceder».
Como suele ser habitual en estos casos, se está investigando la personalidad del asesino, que fue abatido por la policía, interrogando a quienes lo conocían y revisando su actividad en internet. Parece que era partidario del IRA, grupo terrorista irlandés.
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