El papa Francisco se encuentra en la mira de los terroristas islámicos del EIIL, quienes vienen aterrorizando en las últimas semanas a las poblaciones en zonas de Irak, Siria y Libia, y planean instaurar un nuevo califato en el Medio Oriente.
La información aparece hoy en el prestigioso diario romano Il Tempo, un medio que suele publicar primicias sobre las altas esferas del poder local, donde se señala que los servicios secretos italianos han advertido a la Gendarmería del Vaticano sobre esta amenaza.
Según
el artículo, la Santa Sede ya ha incorporado a "numerosos especialistas
en informática y en inteligencia" y se encuentra colaborando con los
servicios secretos de varios países.
Los
yihadistas consideran al Sumo Pontífice un "portador de falsas
verdades", presumiblemente por transmitir las enseñanzas de Jesús y no
las de Mahoma, el profeta islámico.
"El grupo de fundamentalistas islámicos, guiados por Al-Baghafi (autoproclamado Califa del Estado Islámico en una mezquita de Mosul, segunda ciudad de Irak y en su poder), intenta alzar el nivel del enfrentamiento golpeando en Europa y en Italia", advierte el artículo.
Según señala Il Tempo, en los últimos meses al menos 50 jóvenes italianos fueron a combatir a Siria e Irak como "muyahidines", es decir, guerreros de Alá que buscan hacer la yihad (guerra santa) para imponer el islam.
La
semana pasada, EIIL difundió un espeluznante video en el que uno de sus
miembros decapitaba al periodista norteamericano James Foley, quien se
encontraba secuestrado por terroristas radicales desde finales del 2012.
Fransisco
se refirió en varias oportunidades a las acciones de EIIL y en
particular a la situación de los cristianos en Irak, quienes deben huir y
refugiarse si no quieren ser asesinados por estos yihadistas (según la
interpretación ultrarradical que hace EIIL del Corán, los cristianos
tienen pocas opciones bajo un califato islámico: se convierten, pagan
una multa o padecen la "muerte por la espada").
"Cuando hay una agresión injusta, es lícito detener al agresor injusto", afirmó el Papa la semana pasada al regresar de su visita a Corea del Sur, aunque aclaró: "Pero no bombardear, no hacer una guerra".
Infobae
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